¿Por qué Montessori?
De un tiempo a esta parte se viene considerado como “Pedagogías Alternativas” a aquellos
métodos educativos centrados más en el ser humano y sus necesidades de desarrollo que en el
sistema y sus intereses. La escuela del antiguo paradigma, consciente de su debilidad y la
decadencia que trae consigo a lo largo de estos últimos años, se ha ido acercando cada vez
más a estas metodologías activas que representan una brisa de aire fresco a lo existente. Pero
la situación de profunda crisis sistémica que viene sucediendo desde hace ya unas décadas
está proyectando un nuevo paradigma educativo. El método Montessori ya no supone hoy una
alternativa al sistema imperante, más bien podríamos decir que representa la filosofía de vida
y educativa acorde a las necesidades de un nuevo mundo que tenemos frente a nosotros, pues
Montessori lleva intrínseco en su semilla muchas de las necesidades de la educación de los
tiempos actuales.
Dicen que “El maestro llega cuando el alumno está preparado”, y la sociedad de hoy quiere, y
sobre todo necesita, ir a una escuela más humana, donde las verdaderas necesidades del ser
humano sean atendidas por encima de cualquier interés externo. Montessori se presenta hoy
como una vía de acceso directa al niño. Es una nueva etapa, desconocida hasta ahora.
Los seres humanos pasamos la mayor parte de nuestra vida en las primeras etapas dentro de
un sistema educativo que no nos deja actuar y, por lo tanto, nos acaba convirtiendo en seres
dependientes, en seres que necesitaremos de la dirección de otros para “actuar”. Llegados a
adultos, donde el sistema educativo “nos lanza a la calle”, continuamos siendo el mismo tipo
de seres dependiente pero ahora “sin nadie que nos dirija”. Ahí es donde aparece en nuestras
vidas “el gran poder de la tradición” que, muy ávida y a sabiendas de nuestras necesidades de
dependencia, nos invita a “entrar en su casa”. De ahí, que no es de extrañar como de adultos,
pasamos rápidamente a convertirnos en individuos reproductores del modelo social, por
mucho que lo hayamos criticado apenas unos años antes. No sabemos actuar por nosotros
mismos y necesitamos que alguien dirija nuestras vidas. Vivimos en la tradición, porque nos
resulta fácil y cómodo vivir en ella. Desde ese lugar, el individuo apenas tiene reflexionar, ni
cuestionar, pues gran parte de la base de la tradición se basa en aceptar y obedecer,
curiosamente lo mismo que un sistema educativo ha hecho con nosotros durante tantos años
de nuestras vidas.
Aquí, en este punto, es donde cobra gran importancia líneas educativas como las que nos
ofrece el método Montessori, quien aboga, en todo momento, por crear seres independientes,
capaces de valerse por sí mismos, capaces de conocerse y de actuar en su ambiente
aprovechando todas las potencialidades que el ser humano trae consigo. Y todo ello bajo una
propuesta educativa que tiene en cuenta las necesidades de desarrollo de cada ser humano
como ser vivo único e irrepetible que es. Por lo tanto, Montessori ofrece hoy el tránsito
adecuado que la sociedad demanda, el de pasar de un sistema educativo de creencias a un
sistema de experiencias, donde niñas y niños puedan ser conscientes de sus procesos
educativos y de desarrollo personal. Hoy resulta muy necesario crear entornos educativos que
le permitan al individuo conocerse a sí mismo, superando y entendiendo los procesos de la
mente para, desde ahí, buscar ese equilibrio con la unidad de la existencia, esa otra parte tan
poco sentida y explorada por todos nosotros y que tan necesaria resulta para poder vivir en
armonía en esta danza que es la realidad primera y única.
El ser humano sigue guardando en su profundidad su mejor tesoro jamás explorado. Es
extenso y misterioso. Su labor es la de proporcionar amor a la vida. Hoy, sigue esperando a ser
atendido.
Todos los seres humanos hemos nacido con la capacidad de amar. La educación recibida
basada en un sistema de creencias ha hecho que creamos que nuestras vidas inventadas
tienen el poder de ensombrecer, incluso anular, esta capacidad tan esencial para la especie
humana. Únicamente un gesto de voluntad por nuestra parte podrá acercarnos de nuevo a ese
amor que todas y todos llevamos dentro y que aún hoy continúa esperando ser atendido, de
ahí la importancia que tiene que un ser humano reciba una educación acordes a sus
verdaderas necesidades.
Afortunadamente, poco a poco, pero dando pasos muy firmes, desde hace un tiempo está
emergiendo una nueva escuela basada en un sistema de experiencias, que cuestiona
absolutamente todo y que no se cree nada de lo que no pueda comprobar el niño a través su
propia experiencia personal. Es esta la única manera de hacer ciudadanos libres y conscientes,
responsables de sus actos, tanto en su faceta individual como en un plano más social.
Montessori es cierto que reluce en educación, pero si no te abres a la posibilidad de su
experiencia, nunca experimentarás en ella la plenitud de su luz.
Suele ocurrir que quien se acerca a Montessori por primera vez no es todavía muy consciente
del gran paso que ha dado en su vida. Apenas si acaba de darse cuenta que ha comenzado a
quitarse el velo, ese antifaz que la ha mantenido cegada durante tanto tiempo, fruto de una
educación que ha hecho del adoctrinamiento y condicionamiento del ser humano uno de sus
máximos objetivos. Ya no hay vuelta atrás posible. Adentrarse en una filosofía de vida como
Montessori lleva consigo transitar por un camino de ida constante, donde volver al pasado se
torna prácticamente imposible. La conexión con el ser humano que marca los principios de
esta forma de vida, hace que te vaya a resultar muy complicado volver a un estilo de vida
artificial.
Suele ocurrir que quien conecta o descubre Montessori por primera vez tiene un brillo especial
en sus ojos y un gesto de felicidad y paz constante en su rostro. Es algo así como si la vida
volviera a tener sentido; es algo así como que en ese momento el verdadero sentido de la vida
eclosiona y tu papel como ser humano retorna a cobrar el sentido que un día el
adoctrinamiento inoculado desde la infancia intentó ocultar.
Suele ocurrir que Montessori te vuelve a conectar con el verdadero sentido de la educación.
Tengo la gran suerte de ir conociendo a más y más personas que han conectado con la vida
desde esta perspectiva montessoriana, y me voy dando cuenta de la cantidad de “locuras” que
todos hemos llegado a hacer una vez hemos iniciado este camino. Es normal, y a todas y todos
nos ha pasado en diferentes momentos del camino. Es algo así como una fuerza incontrolable
para el ser humano, su energía, su luz. Hay quienes lo llaman pasión, pero es tan grande que
una vez que aparece lo más honesto que puedes hacer es atenderla.
Montessori es una invitación constante a vivir, sentir y transitar por un camino repleto de
contrastes. No los evites, atiéndelos, forman parte del aprendizaje. Acabas de iniciar tu propio
camino. Acabas de descubrir que es el amor y la pasión aquello que mueve y da sentido al ser
humano. Felicidades, has conectado con el verdadero sentido de tu vida.
Pedro Valenzuela
Maestro – Guía Montessori AMI de Casa de niños y Guía Montessori AMI de Taller-Primaria