Recordaba el otro día lo que decía el escritor y filósofo Antonio Escohotado, “hay personas que todavía no han descubierto la alegría de cambiar de idea”. Y creo que es cierto, y que pasa en todos los planos de la vida. Creo también que la doctora María Montessori sí disfrutó de esa alegría que menciona el filósofo. Como todos sabemos, la doctora Montessori fue capaz de revolucionar la pedagogía a través de la experiencia y la observación conscientes.
Y me pregunto, ¿quizás es eso lo que nos pasa como sociedad? Preferimos vivir ciegos y no observar lo que les ocurre a nuestros mayores (a pesar de reportajes y documentales).
Sobre la mesa de los que legislan está la necesidad de medicalizar las residencias de ancianos, y de tratar a los individuos como pacientes en el final de su vida (aunque este final sea de 9 o 10 años, y sobre todo en esta época post pandemia). Sin embargo, si es así la decisión que pretendemos tomar como sociedad, a lo que podemos invitar es a crear macro hospitales donde se atienda a la horda de ancianos que llegaremos a esas edades dentro de unos añitos.
Como sociedad tenemos que felicitarnos y estar contentos del desarrollo que estamos llevando. Siempre nos hemos ocupado como grupo de los más débiles, pero esta sociedad ha dado un paso más y lo que hacemos es integrarnos todos juntos. ¿todos? Bueno, menos esos viejos, que prefiero que no se acerquen.
Hoy en día no puedes abrir ningún local si no tiene baño para personas con movilidad reducida. Hoy en día tenemos integrados a personas con diversidad funcional y les preparamos su ambiente o puesto de trabajo. Hoy en día puedes ir a Ikea y comprar una mesa tamaño liliputiense para el rato que pasan tus sobrinos pintando en tu casa. Hoy en día creo que es el momento de crear los espacios acogedores, que protejan, que entiendan, que sostengan las necesidades que tienen nuestras personas mayores. Los adultos mayores y las personas que viven con demencia tienen las mismas necesidades que todos los demás: sentirse valorados y respetados. En ausencia de una cura para la demencia, la socialización y la participación en actividades con propósito son un tratamiento poderoso para los síntomas asociados con la demencia. Las personas con demencia aún necesitan sentirse queridas, aprender nueva información, tener relaciones con amigos y familiares y contribuir a la comunidad. Una comunidad Montessori proporciona un entorno seguro, atractivo y significativo para que los mayores vivan una vida útil y gratificante*. La pedagogía Montessori aplicada a tercera edad es eso. Un cambio de idea que nace de la observación. Ahora, nos preguntamos. ¿Queremos como sociedad descubrir la alegría de cambiar de idea a través de la experiencia?
* Montessori Developmental Principles to Support the Needs of the Elderly Jennifer Brush and Michelle Bourgeois AMI Journal 2020 pp 306 – 309 ç
RODRIGO NÚÑEZ
Fundador & Director Montessori Senior
